La tubería de cobre está compuesta por cobre desoxidado al fósforo, con una pureza del 99,9%. Se fabrica por extrusión y luego se le estira en frío dándole el diámetro y la dureza que se necesita.
La tubería de cobre se comercializa de dos tipos:
- Tubería de cobre rígido.
- Tubería de cobre recocido.
El tubo de cobre rígido o duro se suministra en tramos rectos de 4 o 6 metros. Tiene una buena resistencia mecánica, pero sin llegar a los valores del acero. Se utiliza mucho para tubería vista o empotrada.
El tubo de cobre recocido se consigue calentando el cobre duro a 500 grados y enfriandolo bruscamente, acto seguido se pierde resistencia, pero se gana flexibilidad, pudiéndose acoplar a cualquier situación que requiera recorridos curvos, y ahorrando así gran numero de codos en las instalaciones.
El tubo de cobre recocido se distribuye en rollos de 50 metros de longitud y sólo se fabrica hasta 22 mm de diámetro.
Las tuberías de acero galvanizado se suelen instalar en acométidas, tubos distribuidores y columnas. Sin embargo las de cobre son las que más se utilizan para derivaciones individuales, ramales y conexionado de aparatos, dada su manejabilidad y sencillo montaje.
El tubo de cobre presenta una gran resistencia a la corrosión. El agua forma una capa fina de óxido que protege la oxidación del tubo.
Al tubo de cobre se le clasifica dentro de los tubos de paredes lisas, presentando poco rozamiento al paso del agua.
El cobre presenta, por contra, un elevado nivel de dilatación. Cuando se transporta agua caliente sanitaria, a veces hay que tomar medidas y dotar a la instalación de sistemas que absorban las dilataciones y contracciones de la tubería, es ideal para calefacciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario